Cae de 55% a 28% el porcentaje de empresas que la consideran el principal obstáculo para su actividad
La encuesta de preocupaciones empresariales de la CCS revela un importante cambio en
el panorama de preocupaciones empresariales en el inicio de 2018. La incertidumbre
política y económica, protagonistas indiscutidos de los últimos años, cae
significativamente en relación a sus registros previos. En efecto, en esta ocasión sólo el
28% de las menciones apuntó hacia la percepción de incertidumbre como principal factor
de tensión sobre los negocios, en contraste con el 55% anotado en septiembre último y
el 53% promedio de 2017.

Con este nuevo registro, el componente “incertidumbre” retrocede a su nivel más bajo
desde 2014, aunque todavía permanece por sobre los registros previos a este ciclo de
cuatro años y que oscilaba entre 10% y 20%.

La disipación de la incertidumbre como factor más nocivo para los negocios está
ocurriendo simultáneamente con una acelerada mejoría en las expectativas
empresariales, avaladas por un escenario internacional más favorable y por los cambios
políticos en el plano interno.

La orientación de ambos vectores, expectativas empresariales e incertidumbre, en una
dirección que tiene signo favorable para la inversión y los negocios, marca un buen punto
de partida para la recuperación prevista del ciclo económico en 2018.

Según tamaño de empresa, el panorama es bastante homogéneo. En las grandes, la
incertidumbre cae de 55% en septiembre a 25% en enero de 2018, en las medianas, baja
de 59% a 34% y, en las pequeñas, de 53% a 23%.

Aunque ambas, tanto la incertidumbre política como aquella estrictamente económica, se
repliegan al iniciarse el año 2018, la fuerza de este repliegue proviene fundamentalmente
del frente económico. La incertidumbre ligada a este vector cayó de 30% del total de
menciones en septiembre a 9% en enero de 2018, pasando a ocupar el quinto lugar en el
ranking. La incertidumbre política, en tanto, tuvo un cambio de menor envergadura, desde
un 26% a un 19% en el mismo lapso, de modo que mantuvo su segundo lugar como factor
individual en el ranking.

Esto sugiere que se ha asentado con mayor fuerza la percepción de una recuperación del
ciclo económico en el horizonte y que la moderación de la incertidumbre política podría
prolongarse en los próximos meses.

Por sectores económicos y tamaño de empresas, los antecedentes dejan ver que la fuente
de tensión política se mantiene concentrada en la industria (25% de las menciones) y en las
medianas empresas (28%)

Por otra parte, la significativa atenuación del factor incertidumbre entre las empresas se ve
reflejada también en el perfil de los elementos citados como positivos para el desarrollo de
los negocios. Ha continuado creciendo el porcentaje de firmas que identifican más
claramente los aspectos que mejoran su situación actual y se expande con fuerza el factor
político (declarado en términos de nuevas políticas de gobierno; cambio de gobierno;
confianza en nuevo gobierno) que subió a 34% de las menciones totales, desde un 10% en septiembre último.
También se desdibujan las menciones por la percepción de que no existen factores
favorables para el desarrollo de la actividad empresarial, las que representaron sólo un 2%
en lugar del inusual 35% de junio.
Se mantienen preocupaciones por el nivel de actividad actual
La mayor confianza o certeza de la recuperación económica en el horizonte no aparece por
ahora ligada a una despreocupación por el crecimiento actual de las empresas. Es decir,
pese a que se percibe una menor incertidumbre económica, las empresas acusan
dificultades por el bajo nivel de actividad actual.
En efecto, las menciones por el nivel de demanda y por la intensidad de la competencia
recrudecieron de 8,7% a 13,4% y de 3,1% a 7,8% respectivamente, dando cuenta de que
las empresas están aún siendo afectadas por el bajo crecimiento económico.

Incluso los temas regulatorios mantuvieron una relevancia levemente superior a la medición
de septiembre (9,6% vs 8,4%). Esta preocupación está muy vinculada a fenómenos
pasados, pero que continúan presentes en las menciones como causas de tensión
empresarial, como lo es la reforma laboral y tributaria.

El nuevo protagonismo del tipo de cambio
El parcial retiro de la incertidumbre del panorama de preocupaciones empresariales abrió el
campo al dólar, que pasó a ocupar el primer lugar del ranking, con un 21% de las
menciones (10% en septiembre y 6% promedio en 2017).

La súbita caída de la paridad por debajo de los 600 pesos por dólar ha generado
preocupación, principalmente en los rubros de recursos naturales (44% del total de
menciones) y, en menor medida, en la industria (24%) cuya competitividad se ve
directamente afectada por su condición de transables y vinculación a los mercados externos.

En los servicios, el factor tipo de cambio presenta una menor incidencia, abarcando sólo el
16% de las menciones.

Históricamente el tipo de cambio ha reportado alrededor del 17% de las menciones de
preocupación, y en sus períodos más agudos, entre un 25% y un 27%, de modo que este
rebote deja ver la tensión que se acumula en las firmas a la espera de una normalización de
su trayectoria.

El resto de los factores mencionados por las empresas mostraron una incidencia marginal.
Los tópicos laborales, las tensiones financieras y las condiciones de los mercados externos,
alcanzaron menciones entre 1% y 3% del total. Sólo se mantuvo relativamente elevada la
preocupación por los precios (4,8% del total de menciones), particularmente del petróleo,
en un contexto de recuperación de los precios de los commodities en el mundo.

En resumidas cuentas, el panorama de preocupaciones empresariales ha tenido un
importante giro, en el que se diluyen las tensiones causadas por factores de incertidumbre y
se afianza la confianza en una recuperación del ciclo económico en el horizonte. Estos
elementos, actuando en conjunto con la mejoría en las expectativas económicas, son
positivos para acompañar el proceso de recuperación que inicia la economía chilena,
favoreciendo el clima para las decisiones de inversión y creación de empleos.

En la medida que estos elementos exógenos a las firmas tiendan a seguir replegándose,
aparecerán con mayor nitidez los factores más intrínsecos a la gestión de las empresas y al
desarrollo de sus mercados, habitualmente vinculados más estrechamente con su ciclo de
negocios y problemática de gestión.